No fue la primera victoria de Otto Fritzler. Tampoco es una cara nueva, puesto que su nombre resuena en los circuitos desde hace años (su velocidad, para lo joven que era, resultaba impresionante). Sin embargo, en Posadas, donde el Turismo Carretera disputó su séptima fecha, el pibe se recibió de piloto. Como Fernando Alonso, cuando sostuvo a Michael Schumacher en Imola con 23 pirulos, resistió las embestidas de Agustín Canapino, entre los máximos ídolos de la actualidad, para quedarse con el triunfo y la certeza de que ya no es una promesa sino una realidad.
El sábado, cuando se anotó la pole position, rompió en llanto. El domingo por la mañana, al quedarse con la victoria en la serie, dio un paso necesario. Y por la tarde, al posicionarse a la par del Titán y darle inicio a la final, fue por la coronación. El piloto de Toyota la padeció de principio a fin, lo cual era esperable teniendo a un tetracampeón por detrás, y estuvo a tiro de perderla…
A la salida del pace car, uno de los tres que hubo, Canapino adelantó por afuera a Fritzler. Por la superioridad de su Camaro y por una cuestión de jerarquía, la sensación era que se enfilaría a su 16ª victoria en la categoría. Nadie contaba con el truco bajo la manga de Otto, que al ratito, en otro relanzamiento, imitó la maniobra del arrecifeño, se la bancó por el exterior y recuperó el liderato. La lluvia le agregó sazón a la definición, pero nada pudo arrebatársela.
A dos años de su primera y última victoria, El Principito se sacó otra mochila y, por un día, se sentó en la mesa de referentes como el ex IndyCar y Matías Rossi (compañero de equipo al que dejó atrás todo el finde). El objetivo, está claro, será incorporarse a tiempo completo y ser contendiente al igual que lo fue en las categorías formativas. A no perderle el rastro, que ya está 10° en el campeonato y, de ese top 10, sólo él y Mauricio Lambiris (Ford) consiguieron victorias -requisito excluyente para consagrarse-.
Al margen de Toyota, que festejó por primera vez en el año, Ford tuvo una jornada para el olvido. Su ídolo, Mariano Werner, rompió dos veces en el día, en tanto que Julián Santero, vigente campeón y puntero hasta esta fecha, sufrió una falla en la transmisión y le cedió el lugar al uruguayo Lambiris. Entre el 12 y el 13 de julio, en Concepción del Uruguay, buscarán recuperar lo perdido.