BOCA se despidió del Mundial de Clubes con una pobrísima actuación frente a Auckland City, equipo semiprofesional de Nueva Zelanda que había recibido 16 goles en dos partidos y no había convertido ninguno.
Si bien la victoria de Benfica sobre Bayern Múnich había condenado al conjunto de Miguel Ángel Russo, el empate 1-1 en Nashville dejó al desnudo las falencias de un plantel que hilvanó un papelón tras otro durante el 2025: de la eliminación ante Alianza Lima, a la derrota en el Superclásico y la caída frente a Independiente en La Bombonera…
“La base está”, se animó a asegurar el experimentado entrenador más allá de la aucrítica realizada, emulando al Bambino Veira e intentando salvaguardar la muestra de carácter conseguida ante los portugueses y los alemanes. Temperamento que sus dirigidos no mostraron ante Auckland, tal como había ocurrido a lo largo del año bajo la conducción de Fernando Gago y el interinato de Mariano Herrón. Entonces, ¿cuál es la base del futuro Boca?
Luego el entrenador deberá resolver varias cuestiones, una de ellas la conformación del banco de suplentes. Un ítem que sufrió ante los elencos europeos: en la mayoría de los casos, quienes ingresaron no estuvieron a la altura del titular que dejó la cancha. Juan Barinaga, Ignacio Miramón, Agustín Martegani, Exequiel Zeballos y Brian Aguirre, ¿son el recambio de jerarquía que precisa Boca para pelear todas las competencias como lo exigió el DT frente a los micrófonos?
Además, Carlos Palacios, Kevin Zenón y Williams Alarcón continúan lejos de la versión que los llevó a vestir la camiseta del Xeneize, pero en el torneo se impusieron, por ejemplo, a Milton Delgado, el mejor jugador del equipo hasta la llegada de Russo. ¿La base está o apenas está lo básico?