La Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió un nuevo informe que advierte sobre el crecimiento sostenido de casos de COVID-19 impulsados por una nueva variante, denominada NB.1.8.1, detectada principalmente en regiones del Mediterráneo oriental, Sudeste Asiático y el Pacífico occidental.
Esta variante, clasificada como “en seguimiento” por la OMS, ha mostrado una rápida expansión: pasó del 2,5% al 10,7% de las secuencias genéticas globales en apenas un mes. Su presencia ya fue confirmada en Estados Unidos, donde controles en aeropuertos identificaron casos en pasajeros provenientes de Asia que arribaron a California, Washington, Virginia y Nueva York.
Aunque no hay evidencia de que cause cuadros clínicos más graves, la OMS reconoció que esta variante presenta una mayor afinidad por las células humanas, lo que podría explicar su alta capacidad de transmisión, según indicó la doctora Amy Edwards, especialista en enfermedades infecciosas pediátricas. Sin embargo, aclaró que los datos aún son preliminares.
La región de Asia, especialmente Hong Kong y China, reportó que NB.1.8.1 se convirtió en la variante dominante a finales de abril. Paralelamente, se ha registrado un aumento de hospitalizaciones, aunque expertos como Edwards señalan que esto podría deberse a patrones estacionales más que a una mayor agresividad del virus.
A pesar del avance de esta variante, la OMS remarcó que el riesgo sanitario global sigue siendo bajo y que las vacunas actuales continúan siendo efectivas.